Una de las características de nuestra sociedad actual es la importancia de las Nuevas Tecnologías en el ámbito educativo y está claro que como futuros docentes tenemos que aprovecharnos de las mismas. Sin embargo, en muchas ocasiones los padres despreocupados por la educación de sus hijos no controlan el uso que éstos hacen de las Nuevas Tecnologías lo que acaba traduciéndose en serios problemas. A continuación podemos ver una noticia que nos habla de las adicciones de algunos niños a internet, al ordenador, viedojuegos, etc y cómo los padres terminan recurriendo a la ayuda de profesionales.
¿Que pensais vosotros sobre el uso que muchos niños hacen de las Nuevas Tecnologías?, ¿considerais que los padres deberían preocuparse más por el uso que sus hijos hacen de estos nuevos medios?, ¿ o quizás pensais que esta noticia es un tanto exagerada?
¡Venga animaros! y a ver si entre todos podemos sacar algunas conclusiones.
El ORDENADOR, "UNA ENFERMEDAD CONTAGIOSA QUE VA A MÁS", DICE UN PADRE
«Alguna vez he animado a mi hijo para que utilizase la consola y nos dejara tranquilos». «Mi hija entra en internet sin usar filtros de protección». «Las personas que tienen problemas para relacionarse tienen menos probabilidades de ser adictos al chat o a móviles». Estas frases figuran en el cuestionario que se reparte a los padres que asisten al programa de «Prevención de Adicciones a las Nuevas Tecnologías». Les adiestran para que sepan poner límites, racionalicen y reflexionen con sus hijos, sin imponerles nada: negociando.
«El ordenador es una enfermedad contagiosa que va a más cada día», afirma, por su parte, Emilio Roquero. Le preocupa su hija menor, de 9 años. «Hay que saber manejarlo en su justa medida siendo conscientes de que existen otras cosas en la vida. No se puede meter en la `pantallita´ todo: ocio, relaciones, diversión,,. Es tremendo». Carmen Quereda agrega: «Los padres estamos muy despistados en algunos aspectos de la educación. Las modernas tecnologías son buenas, pero causan problemas. Yo tengo tres hijos de 13, 11 y 8 años y, mientras que a mí me parece que juegan en exceso con la consola ellos dicen que muy poco. Por eso estoy aquí, para saber afrontar la situación».
ABC (Madrid)
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